miércoles, 16 de junio de 2010

titulo

Baja, baja pequeño Henry Lee,
y permanece conmigo toda la noche.
No encontrarás a otra chica en éste maldito mundo,
que se pueda comparar a mí.
Y el viento aulló, y el viento sopló.
Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee.

No puedo bajar, y no bajaré.
Ni permaneceré toda la noche contigo,
por la chica que poseo, en su alegre y verde pradera.
La quiero más que a tí.
Y el viento aulló, y el viento sopló.
Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee.

Se apoyó contra la cerca,
para conseguir un beso, o dos.
Y con una pequeña navaja en su mano,
lo apuñaló una y otra vez.
Y el viento rugió, y el viento gimió.
Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee.

Ven y cógelo de sus blancas manos.
Ven y cógelo de sus pies.
Y tíralo en ese hondo, hondo pozo,
de más de cien pies de profundidad.
Y el viento aulló, y el viento sopló.
Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee.

Yace, yace ahí, pequeño Henry Lee.
Hasta que la carne se despegue de tus huesos.
Por la chica que tuviste en aquella alegre y verde pradera.
Puede esperar por tí para siempre, a que vuelvas a casa.
Y el viento aulló, y el viento gimió.
Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee.

[Las muchachas hermosas no son hermosas
Las manos calientes son tan frías
Todos los relojes se detienen
Y de pronto reír no es sano]

1 comentario:

Anónimo dijo...

siempre tengo mis manos heladas.
jotape