viernes, 25 de junio de 2004

end




Un día me levanté sin salida, sin rumbo, sólo con un elevado pensamiento, “debo arder con ellos” rondaba en mi mente y no me dejaba ver las cosas con claridad, bueno, luces que realmente se manifiestan muy poco, subiendo las escaleras evocaba recuerdos de la noche anterior, conversaciones vacías, alcohol innecesario, lo único que realmente me ayudaba a calmarme algo era el cigarro, que escupía su ceniza en mis piernas, recuerdo de las cicatrices de aquel encuentro casual, quiero olvidar…
Como siempre nosé que hacer, me dirijo al baño, vomito, me arrastro hasta la ducha y aún así insatisfecha…
Te recuerdo llorar, recuerdo correr y tratar de alcanzarte, juro que traté de no caer pero fue simplemente imposible.
Lo había hecho por ti, al igual como cada segundo respiro, pero ya no hay razón, esta vez estoy hundida más de lo que puedo imaginar y aún así insatisfecha…
Debo sangrar, debo perdonar, debo existir, deber es sólo una fantasía o una cadena, una simple emoción trastornada por la piel…
El suelo se tiñe de rojo
Deslizo mis pies hacia el vacío, doy un salto en la emoción, doy un salto en la ventana de mi propio interior…
Las dulces gotas se consumen, mi cuerpo arde, caigo sin motivo en lo que ellos construyeron, miro el suelo y sin dolor me quemo…
Me levanto y veo el cuerpo, en el suelo, en el horror de los impuros hijos de la luz, mi alma se eleva y me pierdo otra vez sin razón en los cuerpos celestes que trasportan sólo insatisfacción…
Un día me levanté con un sueño, un día me levanté con libertad, con dolor, traté de sostener mis brazos con sudor, trabajé por un objetivo. Había gente a mi “lado”, gente “conmigo”, pero su mano fue más tenaz, pido perdón por simplemente no poder ser fuerte…

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